martes, 26 de enero de 2010

Europa, siglo XIX: Liberalismo y movimiento obrero

Prácticamente todas las ideologías que surgieron a lo largo de la historia de esta especie que es la humana son una oposición radical al sistema anterior. Por lo tanto, es imposible entender las "ideologías obreras" (socialismo, comunismo y anarquismo fundamentalmente) sin mencionar antes los fallos del sistema liberal a los que intentan poner remedio.

La ideología liberal comienza a cobrar fuerza entre la burguesía de la Edad Moderna a principios del siglo XVIII, por influencia de los llamados "Ilustrados". El liberalismo trató de poner fin a las desigualdades legales entre las clases privilegiadas y la burguesía, así como establecer un conjunto de libertades individuales (incluyendo, por supuesto, la libertad económica)

La Independencia de las Trece Colonias dio lugar al primer estado liberal de la historia: los Estados Unidos. Años después, estalló la Revolución Francesa, con la que comenzaría una gran oleada de movimientos liberales, que a lo largo del siglo XIX reemplazarían a las monarquías absolutas como sistema de gobierno en Europa.

Como consecuencia de la excesiva libertad económica del liberalismo y de la imposibilidad de cualquier intervención por parte del Estado (de ahí el dicho francés "laissez faire, laissez passer"), las desigualdades pronto comenzarían a surgir en la sociedad liberal; pues eran unos pocos los que concentraban la riqueza y poseían los medios de producción (los burgueses), mientras que, para la mayor parte de la población, la situación no mostraba grandes diferencias con respecto a la sociedad estamental de la Época Moderna, eran el campesinado y el proletariado.

El proletariado (obreros que trabajaban en condiciones infrahumanas, con jornadas laborales muy extensas y sueldos tremendamente injustos) comenzó entonces a tomar "conciencia de clase" y a agruparse en sindicatos, que surgieron como una plataforma de ayuda mutua entre los obreros, pero cuya función fue la reivindicación de los derechos de los trabajadores.

En 1864, en Londres, se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores (o Primera Internacional), que, por primera vez en la historia, unía a trabajadores de todo el mundo que exigían los derechos que el capitalismo les arrebató. Esta Primera Internacional llegaría a fundar el primer "estado obrero": la Comuna de París, que carecía de una línea de gobierno claramente definida, de ahí su disolución dos meses después de su formación. A pesar del fracaso, sirvió de lección a los idealistas de la época, pues comprendieron que el paso directo de la sociedad capitalista a la comunista era imposible y entonces añadieron una nueva etapa: el socialismo, en ocasiones conocido como "dictadura del proletariado", una etapa en la que los trabajadores se impondrían sobre la burguesía y poco a poco desmantelarían sus estructuras sociales

La AIT se disolvería en 1872, tras su traslado a Nueva York, deibdo a las tensiones entre los defensores del socialismo científico marxista y los del anarcosindicalismo.

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